Una situación atípica, anómala y repentina. Ninguno de nosotros lo esperaba así de repente, pero ha llegado sin darnos tiempo para asimilarlo.

Yo ya tenía asumido que todas las generaciones humanas habían vivido en los últimos siglos acontecimientos extraordinarios y trágicos que habían cambiado el curso de la historia. Era un pensamiento que me venía asíduamente, y aunque por su puesto que en otros países están pasando cosas horribles y guerras terroríficas, nosotros y en concreto nuestra sociedad europea parecíamos ajenos a esa barbarie lejana (aunque dentro de nuestras fronteras ocurren situaciones espantosas de miedo, violencia y crueldad). De un soplo, nuestras libertades se ven mermadas y vivimos bajo una amenaza invisible que nos pone tensos, ansioso y por supuesto expuestos a una infección que no conoce de razas, clases sociales o edad. Hemos dejado de consumir como locos, porque no podemos, hemos dejado de ir a los bares, a los centros comerciales. Hemos dejado de viajar y de consumir experiencias de manera insaciable y aun así estamos vivos. Por supuesto están cubiertas nuestras necesidades básicas ( techo,comida, agua e higiene), al menos en la gran mayoría de los casos, pero nos sentimos muy extraños y a la vez nos vamos familiarizando día a día y sin oponer mucha resistencia a esta nueva realidad, porque no nos queda otra.
La expresión de pérdida de tiempo o de aprovechar el tiempo, o de que pase rápido el tiempo o de que queremos tiempo para nosotros, tiempo para los demás, etc... empiezan a perder el sentido poco a poco. Y cada uno de nosotros confinados en nuestras casas, queremos que no se nos olvide, y queremos mostrarnos a través de la redes, porque nos da la impresión de estar desapareciendo. Y aquellos que no muestran lo que hacen o lo bien o lo mal que están pues se sienten inquietos . De repente es todo generosidad, solidaridad y amistad, pero a la vez es envidia y egoísmo.
Y después de todo, seguimos sin saber quien mueve los hilos en este mundo, y la sobreexposición a un bombardeo informativo nos hace dudar aun más sobre la verdad, la mentira, la manipulación, la lucha de poderes, etc, sintiéndonos solos e indefensos ante un mundo desconocido y fuera de nuestro control, que no es más que el mundo en el que vivíamos pero que no se había manifestado tan claramente hasta ahora.